Anese y la complicado que es ser mujer en Afganistán.Vestida con un chador negro y cubriendo la mayor parte de su cabello con un pañuelo verde. Anese decidió escapar del burka de sus madres y abuelas, y retarle a la tradición desde profesiones tan poco adecuadas como la de periodista. Trabaja como reportera en Tolo, la cadena más popular del país. Cada día, Anese sale a las calles junto con un camarógrafo en busca de la noticia. “Sólo me muevo en Kabul porque en las provincias es imposible. No podría salir ni con el micrófono. Nunca aparezco en la pantalla. Sólo pongo mi voz”, sostiene la dulce reportera.
Ser mujer es peligro en Afganistán. “Cuando estoy en la calle grabando una entrevista los hombres me dicen cosas, algunos son insultos; otras, frases de mal gusto que no puedo repetir. La situación de la mujer no ha mejorado, en las aldeas sufren malos tratos. Es una cuestión cultural: la mujer siempre ha sido un elementos secundario”, dice mientras juguetea con un bolígrafo y garabatea en una libreta de notas.
Pese a su gran pasión por el periodismo si su padre le prohibiera seguir en televisión ella tendría que obedecerle. Sin embargo, su postura cambia si es que un futuro marido le pidiera que dejara el empleo: “Tendría que negociarlo con él antes y establecer condiciones para evitar sorpresas, pero además de hacer televisión, sé escribir y podría dar clases”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario