martes, 17 de noviembre de 2009

LA IRA DE LA GACELA DE ÉBANO


Trapeando pisos en Nueva York y realizando diferentes servicios comunitarios por lanzar un teléfono a una de sus empleadas. Naomi Campbell incurrió otra vez a su mal genio. La modelo se encontraba en uno de los aviones de la aerolínea British Airways, lista para partir hacia Los Angeles. En esos momentos, y tras percatarse de la "aparente" pérdida de sus dos maletas, entró en una inexplicable discusión con un asistente de vuelo. Naomi, cual violenta fiera, ira en límite, estuvo lista para el ataque. Solicitaron con urgencia la presencia de las fuerzas de seguridad para que la obligaran a abandonar la aeronave. Fue, entonces, cuando de su boca bastante proporcionada salió un escupitajo con dirección a uno de los agentes. Le seguiría a la vergonzante escena un camino con escolta detrás rumbo a los calabozos de la policía británica.

En el mundo, hay por doquier “naomis”, que van escupiendo personas y destrozando no sólo muebles. Argumentando, al igual que ella, problemas psicológicos de niñez, abandono del padre, etc. Complejos alucinados, que maquillan un sentir de superioridad o de exclusión. Lo cierto, es que muchas y muchos, con fama, poder y dinero, escudan su poca tolerancia con el mundo, con gritos, humillaciones e insultos, a veces llegando a situaciones extremos de agresión física.

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